El consumo de tabaco es, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la principal causa de muerte evitable a nivel mundial. Al año mata a más de 8 millones de personas, siendo alrededor de 1,2 millones por exposición al humo de los fumadores.
Los agricultores que cultivan esta planta pueden adquirir cada día una cantidad de nicotina equivalente a 50 cigarrillos en su cuerpo, y uno de cada cuatro sufre intoxicación. Asimismo, pueden estar expuestos a plaguicidas que pueden perjudicar su salud gravemente. Las mujeres, además, corren más riesgo de sufrir esterilidad y problemas reproductivos.
El tabaco es perjudicial en todas sus modalidades y no hay un nivel seguro de exposición. Por esa razón, la OMS concluye que los entornos 100% libres de humo son la única forma probada para proteger la salud ante sus efectos nocivos.
Medio ambiente
La Organización ha generado una impactante campaña para animar la sustitución de los cultivos de tabaco por otros más sostenibles que mejores la seguridad alimentaria y la nutrición.
Su cultivo, fabricación y consumo destruye el medio ambiente: 600 millones de árboles son cortados para fabricar cigarrillos, 22 mil millones de litros de agua se utilizan para su fabricación y 84 millones de toneladas métricas de CO₂ se emiten a la atmósfera, aumentando la temperatura de la tierra.
De la misma manera, envenenan el agua y el suelo con sustancias químicas, desechos tóxicos y microplásticos en las colillas y cigarrillos electrónicos. Un solo cigarrillo emite al medio ambiente más de 7 mil sustancias químicas, de las cuales al menos 70 son cancerígenas.
