Con profundo dolor, la Policía Nacional el día de ayer rindió homenaje al uniformado Deciderio Ospina Otavo, quien perdió la vida en medio de la tragedia de Mocoa. Su compañero, Gerardo Segundo Cuao, sobrevivió. ‘Acompañamos el dolor de su familia y admiramos la valentía de este héroe’: general Nieto.
En medio de la tempestad y prácticamente en tinieblas, los policías Deciderio Ospina Otavo y Gerardo Segundo Cuao Gutiérrez patrullaban las calles de Mocoa a bordo de una camioneta de la Institución.
De un momento, las aguas desbordadas de los ríos Mocoa, Mulato, Taruca y Sacoyaco comenzaron a inundar el sector del barrio El Carmen, hasta donde llegaron los dos patrulleros guiados por los crecientes pedidos de auxilio de varios lugareños.
Tras ayudar a poner a salvo a los primeros damnificados, los policías se percataron que la avalancha de lodo, piedras y palos amenazaba con llevarse la patrulla. Ospina se puso al volante y Cuao ocupó el puesto del copiloto. Pero el vehículo sucumbió ante la furia de las aguas y comenzó a ser arrastrado sin control.
Como previendo lo peor, el patrullero Ospina abrazó a su compañero y se lanzó de la camioneta, mientras Cuao optó por reclinar la silla y aferrarse con fuerza a su fe y de donde pudo.
Doscientos metros más abajo, otros policías, ayudados por bomberos, efectivos de la Defensa Civil y algunos ciudadanos, ubicaron la camioneta y, con el uso de herramientas pesadas, rompieron la patrulla y salvaron al patrullero Cuao, quien solo presenta pequeñas heridas.
Sin embargo, el río de la muerte arrastró por 20 kilómetros el cuerpo del patrullero Ospina, hasta ser ubicado por otro grupo de policías en inmediaciones del pueblo vecino de Villa Garzón, en compañía de al menos 20 cadáveres más. Sus despojos mortales fueron trasladados al hospital José Hernández, de Mocoa.
El patrullero Ospina, de 23 años y oriundo de El Guamo (Tolima), se había graduado el 13 de diciembre de 2013 como técnico profesional en servicio de policía de la Escuela ‘Gabriel González’, ubicada en el municipio tolimense de El Espinal. En la actualidad hacía parte del Grupo de Infancia y Adolescencia de la Dirección de Protección y Servicios Especiales.
En la brillante hoja de vida del hijo de la señora Blanca Cecilia Otavo Prada y del señor Enrique Ospina Vásquez se destacan 12 felicitaciones, como reconocimiento a su humanismo y profesionalismo, el cual quedó demostrado, una vez más, la fatídica noche del 31 de marzo, cuando una avalancha cobró la vida de más de 200 habitantes de la capital del Putumayo.
“La muerte de nuestro patrullero Deciderio Ospina Otavo es una pérdida irreparable para la Institución y para el país.
Acompañamos el dolor de su familia y admiramos la valentía de este héroe, quien ofrendo su vida por ayudar a los damnificados”, sostuvo el director general de la Policía Nacional, general Jorge Hernando Nieto Rojas, quien arribó a Mocoa para coordinar labores de rescate de las víctimas y acciones de ayuda humanitaria.